Las propuestas del sur oriente colombiano para la paz
Fotos: Fundación Chasquis
Más de doscientas personas se congregaron en el Teatro de la institución
educativa Seminario Misional para escuchar el análisis global sobre las
negociaciones en La Habana entre el Gobierno y las FARC-EP, y sobre los avances
de las conversaciones preliminares con el ELN dentro del enfoque de construcción
de paz territorial.
El acuerdo fundamental fue el consenso para trabajar por la articulación
de las agendas de trabajo de las organizaciones de ambos departamentos para así
impulsar acciones que reconozcan la heterogeneidad que los caracteriza y la
búsqueda de la paz territorial que los une.
Los representantes de los gobiernos local, departamental y nacional
coincidieron en que los territorios necesitan paz pero también en que en los
dos departamentos ya existen avances de construcción colectiva de la misma
desde las bases.
Sibundoy acogió a más de 200 representantes de la sociedad civil
de Nariño y Putumayo en un diálogo intersectorial que permitió reconocer
iniciativas como las que adelantan los movimientos en defensa de la vocación
amazónica de los territorios, la agenda de paz de Nariño y las diferentes
acciones que se están gestando en los dos departamentos, desde la
interculturalidad y el respeto, que representan la vivencia cotidiana, como lo
describió uno de los participantes: “la realidad es que vivimos en paz, cada
día, cuando saludamos al vecino, ofrecemos una mano solidaria a las víctimas y
trabajamos todos los días con respeto y amor por el territorio y por las
demás personas”.
Mirada crítica y reflexiva
“Estamos aquí para hablar de paz pero debemos reconocer los graves
problemas que tenemos y que requieren solución para poder caminar hacia esa
verdadera paz que tanto queremos”. Con estas palabras expresadas por una mujer
del Putumayo, se resumen las inquietudes de los participantes.
La biodiversidad, las riquezas minero-energéticas, la ubicación
geográfica, son factores que han hecho de Nariño y Putumayo departamentos
estratégicos para macro-proyectos económicos, ante los cuales los pobladores
reclaman respeto por vocación del territorio, la protección de la cultura y el
medio ambiente. Por otro lado, el narcotráfico y la presencia de actores
armados, violan de forma continua los derechos humanos de los habitantes de
este territorio, problemática agudizada por lo que definen como ausencia del
Estado y de programas adecuados que reconozcan y respeten su multiculturalidad.
El XVI ERP dio continuidad a los encuentros realizados en Puerto Asís y
Tumaco en 2014, donde se abordaron estos temas y sus conflictividades (cultivos
de uso ilícito, afectación ambiental, explotación minero-energética,
grupos étnicos, desarrollo económico, territorio, frontera y territorio,
pedagogía para la paz y tejido social, derechos humanos, justicia
transicional y víctimas), para dar seguimiento a las propuestas y alternativas.
El deseo de trabajo conjunto (Nariño y Putumayo) es una de las principales
conclusiones de este ERP, que permitió un nutrido diálogo intersectorial y deja
nuevos elementos para seguir en la construcción de la anhelada paz territorial.
Trabajo conjunto
La propuesta de unidad de los dos departamentos para trabajar por la paz
fue una realidad durante las mesas temáticas, donde los representantes de la
sociedad civil de Nariño y Putumayo se articularon y entregaron importantes
conclusiones:
·
Desarrollo y enfoque territorial del
desarrollo
En esta mesa se dijo que el principal avance en Putumayo es el Pladia
-Plan de Desarrollo Integral Andino/Amazónico- propuesto como un referente de
intervención en el mundo rural- definido como hoja de ruta del territorio
por las comunidades para que ellas mismas decidan el destino de su
región.
Los nariñenses reconocieron a la tierra desde una doble mirada: como
fuente del conflicto y como fuente de resistencia para la construcción de
identidades. Se propuso entonces priorizar la vocación agrícola y las ideas de
la comunidad en los planes gubernamentales, como la conservación de los valores
indígenas y afrocolombianos sobre el uso de la tierra y las formas de
desarrollo concebidas por los pueblos.
·
Víctimas, Derechos Humanos y justicia
transicional
Se destacó la necesidad de tener en cuenta la composición diversa
de este territorio habitado por colonos, campesinos y pueblos indígenas y, los
diferentes ejemplos de desminado y proyectos productivos que han implementado.
Presentaron, con las principales violaciones a sus derechos el impacto social y
ambiental de las fumigaciones, de la explotación petrolífera de las
transnacionales y de la implementación de proyectos de infraestructura, además
de los hechos relacionados con el conflicto armado como homicidios, minas
antipersonales, derrame de crudo y amenaza a los defensores de los derechos
humanos. Se propuso, además, revisar la ley de víctimas y restitución de
tierras para que enfatice el enfoque diferencial para garantizar el
acceso a los derechos y se convierta en una ley que les dé garantías y
confianza. También la creación de comisiones de DDHH y de verificación a la
reparación integral para las víctimas, y una mesa de mujeres víctimas del
conflicto armado.
Se pide justicia y sanciones para los violadores de los derechos
humanos, incluidos los actores estatales que han incurrido en esa práctica y fortalecer
los procesos de perdón y reconciliación para una justicia restaurativa.
·
Frontera y territorio
Sobre la situación en la zona de frontera se presentó un panorama
preocupante, por lo que expusieron como la sistemática violación de los
derechos humanos (presencia de actores armados, violencia contra las mujeres,
explotación laboral, vinculación la narcotráfico, trata de personas), para
contrarrestar estas situaciones se pidió la aplicación rigurosa de la ley de
fronteras y sus beneficios y, fortalecer la presencia institucional y de las
organizaciones sociales. Se propuso un observatorio de DDHH para la zona de
frontera, como mecanismo para velar por el cumplimiento de la justicia y de los
derechos de las poblaciones. Así mismo un plan de manejo ambiental (control de
la explotación petrolera), apoyo para la sustitución de cultivos, establecer
medidas comerciales para que las comunidades sean más competitivas, la
promoción del turismo ecológico y la creación centro de atención fronteriza.
·
Pedagogía y reconstrucción de tejido
social
En esta mesa se enfatizó en la necesidad de fortalecer la educación en
casa, como el lugar idóneo para enseñar valores y el respeto por la vida y en
escuela fortalecer pedagogías relacionadas con las expresiones artísticas
porque consideran que el es un medio para construir paz. Se propuso
replantear el modelo educativo donde la convivencia sea el eje de esa nueva
arquitectura institucional; el maestro aprenda de los niños y la escuela
contribuya a formar seres libres y sensibles. E Incluir memoria del territorio,
para rescatar la cultura ancestral y el legado de los abuelos fue un tema
relevante en este diálogo.
Se afirmó que para hablar de paz territorial debe ponerse la
sostenibilidad ambiental en el centro del diálogo, pues es vital para los
territorios.
Se manifestó la necesidad de tener planes de desarrollo integral para
generar autonomía económica en los territorios. Se demanda el reconocimiento de
los territorios ancestrales, de las comunidades negras y ron o gitanos y
considerar los valores de los pueblos originarios como parte de las políticas
públicas. Se planteó la creación de una universidad multicultural y
recursos propios para las iniciativas de paz en el nivel local y rural.
·
Jóvenes
En la mesa de jóvenes estos propusieron la creación de un centro
educativo con características etnoeducativas propias, la capacitación a los
jóvenes para la paz y el posconflicto y reconocer al joven como voz y fuerza de
vida que necesitan las poblaciones.
Los ERP son una iniciativa de la Ruta Pacífica de las Mujeres, la Red Nacional de Programas Regionales de Desarrollo y Paz (Redprodepaz), la Red de Iniciativas y Comunidades de Paz desde la Base y la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. El evento en Sibundoy contó con la coordinación Agencia de Desarrollo Local- ADEL.
Los ERP son una iniciativa de la Ruta Pacífica de las Mujeres, la Red Nacional de Programas Regionales de Desarrollo y Paz (Redprodepaz), la Red de Iniciativas y Comunidades de Paz desde la Base y la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. El evento en Sibundoy contó con la coordinación Agencia de Desarrollo Local- ADEL.
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